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Creo que hay pocas cosas que sean mas gratificantes para mí que poder tener alumnos totalmente diferentes en clase y ver que todas/os, sin excepción pueden practicar yoga, disfrutando, aprendiendo sin que se convierta en una batalla contra tu cuerpo. 

Creo que hemos distorsionado lo que significa practicar yoga, la exigencia física a la que nos hemos acostumbrado en rrss, la flexibilidad absoluta, asanas imposibles para el 90% de la población y prácticas intensas donde lo que prima a veces es el ejercicio físico, no la conexión con uno mismo. En mi opinión, si se tiene el nivel adecuado y tu anatomía te lo permite este tipo de práctica es maravillosa y hay un movimiento energético espectacular que tiene repercusiones asombrosas en nosotros mismos, yo misma practico todas las semanas con esa exigencia, pero no podemos hacer de la excepción la norma, simplemente no es justo. 

El yoga es accesible a absolutamente todo el mundo, he dado clases de yoga restaurativo a mujeres de más de 75 años y no era menos yoga lo que hacían, porque cuando conectas con tu respiración a través del movimiento (sea sencillo o complicado) y empiezas a encontrarte contigo misma/o y a descubrir todo lo que hay en ti, estás practicando yoga. 

Creo que tiene que haber un trabajo físico consciente y que el avance y la mejora en la práctica son importantes y necesarios, pero siempre respetando anatómicamente nuestro cuerpo y cuidando que mentalmente haya exigencia sin perder el disfrute y la magia que nos ofrece el yoga. Dormimos mejor, estamos más conscientes y tranquilos además de mejorar la postura si hacemos una práctica coherente, si no, los efectos puede ser incluso contraproducentes. 

Por eso adapto las clases en función de los alumnos, ofrezco alternativas siempre y soy una fiel defensora del uso de soportes para mejorar y profundizar en la práctica. Hay exigencia, trabajo y enfoque, pero es esencial para mi que todos los alumnos sientan que están haciendo yoga, no otra actividad.

 

Así que por supuesto, no tienes que ser flexible para hacer yoga, no tienes que ser fuerte, ni atlético, solo tienes que tener ganas de descubrirte, de aprender y de conocer como a través de la respiración y el movimiento, tu cuerpo, tu mente y tu ser, pueden transformarse en algo realmente maravilloso. 

No dudes en escribirme sin compromiso si tienes cualquier duda o necesitas más información, estoy aquí para ayudarte.

 

 

Namasté

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